El hombre que irrumpió el pasado 6 de enero disfrazado de guerrero sioux, con un gorro con cuernos y sin camiseta en el Capitolio en Washington y presidió momentáneamente el Senado estadounidense, ha pedido que el presidente saliente, Donald Trump, le conceda el perdón.
Así lo dio a conocer Albert Watkins, el abogado de Jacob Albert Chansley, también conocido como Jake Angeli, un miembro del movimiento de teorías de la conspiración QAnon que se hace llamar “Yellowstone Wolf” en su canal de YouTube, dijeron medios locales.
“Dada la forma pacífica y obediente en que el señor Chansley se comportó, sería apropiado y honorable que el presidente perdonara al señor Chansley y a otras personas pacíficas de ideas afines”, afirmó el defensor del sujeto cuya presencia en el Capitolio se hizo viral en las redes sociales y llamó la atención de miles de personas.
Según el Departamento de Justicia, Chansley ha sido acusado de entrar o permanecer conscientemente en cualquier edificio o terreno restringido sin autoridad legal, y de entrada violenta y conducta desordenada en los terrenos del Capitolio.
Chansley se entregó a las autoridades y permanece detenido desde el pasado sábado.
Su abogado alegó, en declaraciones reproducidas por la publicación The Hill, que su cliente “había escuchado las palabras frecuentemente repetidas del presidente Trump”.
“Se supone que las palabras y la invitación de un presidente significan algo”, defendió.
Se niega a comer
Por otra parte, Angeli se niega a comer en el centro de detención donde se encuentra arrestado. Solo ingiere comida orgánica, y los guardias de seguridad no le proveen este tipo de alimento.
No ha comido desde que su detención, dijo su abogado en una audiencia virtual en un tribunal federal el pasado lunes, según The Arizona Republic. “Sigue una dieta extremadamente restrictiva, quizás por razones religiosas”, aseguró.
Su madre, Martha Chansley, explicó la situación de su hijo. “Se enferma si no come alimentos orgánicos”, aseguró, según el periódico. “Necesita comer”. afirmó.
En la comparecencia virtual ante el tribunal, la jueza magistrada Deborah Fine afirmó estar “profundamente preocupada”. Le pidió al abogado del acusado que resuelva el problema con los alguaciles estadounidenses.
EFE