Irán vivió este sábado una de las jornadas más duras de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, con enfrentamientos en una docena de ciudades, huelgas y abucheos al presidente iraní, Ebrahim Raisí, en unas movilizaciones que entran en su cuarta semana.
Este fin de semana en diversas ciudades de Irán se escucharon renovados gritos de “Mujer, libertad vida” tras las llamadas a movilizaciones por parte de centros universitarios y activistas.
En los alrededores de la prestigiosa Universidad de Sharif de Teherán grupos de jóvenes y mujeres sin velos se arremolinaban en esquinas desde las que lanzaban eslóganes, en medio de una fuerte presencia policial, con docenas de antidisturbios por la zona.
«Muerte a la República Islámica», gritaba un grupo de jóvenes en una calle lateral de la universidad, a lo que añadían «República Islámica no te queremos, no te queremos».
En la capital las protestas se extendieron a diferentes puntos, desde el sureño Gran Bazar, a la norteña plaza de Tajrish. La también norteña calle Shariati fue cortada por la Policía, que disparó perdigones a los manifestantes.
Mientras esto ocurría, el presidente Raisí daba un discurso en la Universidad Alzahra de Teherán, exclusivamente femenina, donde afirmó que los estudiantes iraníes no permitirán que «se cumplan los sueños del enemigo” y donde según vídeos fue despedido con abucheos.
A su salida, un grupo de estudiantes le gritaron al presidente: “Piérdete, piérdete”, según los videos.
Protestas en el interior
En otros puntos del país se vivieron también protestas, como en las ciudades de Shiraz, Isfahan, Gohardasht o Kerman, entre otras, según vídeos sin verificar compartidos en redes sociales por activistas y periodistas.
Los choques estaban siendo especialmente duros en el Kurdistán iraní, región de origen de Amini, donde además en su capital, Sanandaj, se vivió una jornada de huelga con comercios cerrados.
En esa urbe murió una persona que circulaba en coche de un disparo, una muerte que el jefe de Policía de la provincia, el general Ali Azadi, atribuyó a “fuerzas contrarrevolucionarias” y la ONG Hengaw, con base en Oslo, a las fuerzas de seguridad.
Ante las fuertes protestas, los servicios de internet móvil fueron bloqueados, algo que no sucedía en los últimos días. También hubo restricciones del internet fijo, cuya velocidad descendió significativamente.
Con información de EFE