El gobierno de Israel ordenó la retirada de la delegación de inteligencia que envió a Catar para negociar, a través de la mediación de autoridades cataríes, egipcias y estadounidenses, pactos y treguas con el grupo islamista Hamás, al considerar que las conversaciones alcanzaron un punto muerto.
“Debido al estancamiento en las negociaciones, y siguiendo instrucciones del primer ministro, Benjamín Netanyahu, el jefe del Mosad, David Barnea, ordenó al equipo negociador en Doha que regrese a Israel”, indica un comunicado de la oficina del jefe de Gobierno, emitido en nombre de la agencia de inteligencia.
«La organización terrorista Hamás no cumplió su parte del acuerdo, que incluía la liberación de todos los niños y mujeres, con base en una lista entregada a Hamás y aprobada» por ese grupo, añadió.
Israel y Hamás rompieron la mañana del viernes una tregua negociada por Qatar, Egipto y Estados Unidos, que incluyó la liberación de 105 rehenes secuestrados por el grupo islamista (81 israelíes y 24 extranjeros) a cambio de 240 palestinos prisioneros en cárceles israelíes, todos mujeres y menores.
Esta tregua, que duró del 24 al 30 de noviembre, supuso una pausa en los combates de la guerra que estalló el 7 de octubre y permitió la entrada de ayuda humanitaria a la devastada Franja de Gaza.
Según las autoridades israelíes, Hamás aún mantiene cautivos a 132 rehenes con vida, entre ellos dos niños, los hermanos Ariel y Kfir Bibas, de 4 años y 10 meses respectivamente, que fueron secuestrados junto a sus madre Shiri Silverman Bibas -de origen argentino- y su padre Yarden Bibas.
El vocero del Ejército israelí, Daniel Hagari, dijo anoche que Hamás no cumplió su compromiso de liberar a la madre y los dos niños de la familia Bibas.
Pero Hamás alega que esas tres personas murieron por bombardeos israelíes y que ofreció entregar sus cuerpos, algo que Israel no aceptó.
La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes hacia Israel y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 240 en aldeas israelíes cercanas a la Franja.
Desde entonces las fueras de Israel mantuvieron una implacable ofensiva por aire, tierra y mar sobre el enclave palestino que ha causado más de 15.000 muertos, unas 6.000 personas bajo los escombros y casi dos millones de desplazados que viven en medio de una grave crisis humanitaria.
EFE