Las autoridades iraníes están negándose en muchos casos a entregar los cadáveres de manifestantes asesinados a sus familias, o lo hacen sólo bajo ciertas condiciones, denunció este viernes una portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
«Nos preocupan especialmente las denuncias de que los manifestantes heridos están siendo trasladados desde hospitales a centros de detención, y que las autoridades se niegan a entregar los cadáveres de los asesinados a sus familias», destacó la portavoz Ravina Shamdasani en rueda de prensa.
En algunos casos la entrega de los cuerpos sólo se produce si las familias se comprometen a no celebrar funerales o a no hablar con la prensa, aseguró la portavoz, quien también citó denuncias de heridos a los que se les ha negado un tratamiento médico en centros de detención.
La muerte bajo custodia policial de la joven de 22 años Mahsa Amini ha desatado una de las olas de protestas más importantes en Irán desde la revolución de 1979.
Una veintena de relatores y otros expertos de Naciones Unidas pidieron esta semana el establecimiento de un mecanismo internacional de investigación sobre la situación de los derechos humanos en Irán a raíz de la represión de las protestas, y que ésta se debata en una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU.
Con información de EFE