El rapero iraní Tomaj Salehi ha sido arrestado este domingo por su apoyo a las protestas que vive Irán desde hace semanas y en medio de una ola de detenciones y expulsiones de universidades para poner fin a las movilizaciones, que a pesar de todo continúan sucediendo.
“Tomaj Salehi era uno de los líderes de los disturbios y ha incitado a la violencia”, informó en su cuenta de Twitter la agencia de noticias oficial ISNA.
La agencia publicó una fotografía del rapero con los ojos tapados con una tela en un coche, en el supuesto momento de su detención. ISNA indicó que el músico fue arrestado “cuando trataba de huir por las fronteras del oeste”.
El rapero y disidente, conocido por su nombre de pila Tomaj, ya se ha enfrentado a las autoridades en el pasado y fue condenado a seis meses de prisión y una multa en enero de 2022 por “provocar a la violencia y la insurrección”, aunque la pena de cárcel fue suspendida.
El músico ha mostrado su apoyo a las protestas que sacuden Irán desde la muerte el 16 de septiembre de Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico, unas movilizaciones protagonizadas por jóvenes en las que se pide el fin de la República Islámica.
Ola de detenciones
Tomaj no ha sido el único detenido en las últimas horas. Las fuerzas de seguridad comenzaron anoche a arrestar a jóvenes y a expulsar a estudiantes de las universidades por participar en las protestas.
Fuentes universitarias informaron a EFE de que en las últimas horas se ha producido numerosas expulsiones de estudiantes de universidades y de residencias estudiantiles en Teherán por su protagonismo en las movilizaciones que sacuden el país.
Los choques en las universidades han subido de tono y se ha reportado represión y gases lacrimógenos.
Esta ola represiva comenzó después de que el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, el general Hosein Salamí, advirtiese el sábado a los jóvenes que ayer era el último día de los disturbios y les pidió que no salgan a la calle para no arruinar su futuro.
«Hoy es el fin de los disturbios. No salgáis a la calle más», dijo el líder de la poderosa fuerza de elite, cuya misión es salvaguardar el sistema teocrático de la República Islámica.