Santiago Peña se convirtió el domingo en el presidente electo de Paraguay, con un 42,93 % de los votos sobre el centroizquierdista Efraín Alegre (27,52 %), según los resultados provisionales del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Aunque su triunfo marca un continuismo del Partido Colorado en el poder, antes de la elección ya Peña había anticipado algunos cambios que tendría su política exterior respecto a la gestión del presidente saliente, Mario Abdo Benítez.
En una entrevista con NTN24 emitida el 26 de abril, antes de su triunfo, Peña dijo que aspiraba a restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, rotas desde 2019 cuando el presidente Abdo Benítez desconoció a Nicolás Maduro tras las elecciones fraudulentas de 2018 y reconoció a Juan Guaidó como presidente interino.
«A mí me encantaría restablecer las relaciones diplomáticas con la República de Venezuela y por supuesto mantener nuestra fuerte defensa sobre los derechos humanos y promover la práctica democrática», dijo.
El ahora presidente electo destacó en esa entrevista que «Paraguay tiene una historia de vivir una dictadura de 35 años. Conocemos en la piel la falta de libertades, la falta de poder tener una participación amplia y plural en los procesos electorales y cómo eso también va deteriorando los procesos de desarrollo de nuestros países. Así que claramente veo un reconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro y al mismo tiempo pedir que se puedan alentar elecciones amplias, limpias, transparentes y por supuesto también la defensa irrestricta de los derechos humanos».