La activista ucraniana Oleksandra Romantsova, directora de la ONG Libertades Civiles, Premio Nobel de la Paz 2022, consideró que «es una buena noticia» la orden de arresto contra el presidente ruso, Vladímir Putin, dictada por la Corte Penal Internacional como responsable de crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia.
En una entrevista con EFE, antes de participar en Segovia en el XI Encuentro de Mujeres que Transforman el Mundo, sostiene que «el traslado forzoso de los niños a Rusia es uno de los mayores problemas porque son más vulnerables, sobre todo los huérfanos, mientras que los mayores pueden huir hacia Europa».
«Además, tememos que al final terminen desapareciendo, una vez que han sido robados», advierte.
En cuanto a si confía en que Putin pueda llegar a ser juzgado, Romantsova, de 37 años, explica que ese es el fin del trabajo de su organización, «pero no solo el presidente, sino también otras autoridades de la Federación Rusa y también los miles de rusos implicados en esta agresión a Ucrania». Para ello, abogan «por tribunales especiales, para abordar distintos crímenes de guerra cometidos».
El Centro para las Libertades Civiles, según su directora, calcula que pueden ser unos 16.000 los niños ucranianos trasladados a Rusia, aunque «podrían ser muchos más: incluso las autoridades ucranianas calculan decenas de miles, como 30.000, porque no hay constancia de los que puedan haber desaparecido de los territorios ocupados por Rusia. Esto no se sabrá hasta que no sea liberado todo el territorio ucraniano».
Respecto a otras violaciones de derechos humanos infringidas por Rusia, Romantsova observa que se está «hablando de numerosos tipos de crímenes de guerra, desde bombardeos de hospitales, colegios, instituciones sociales, refugios o personas, también de secuestros, violaciones o destrucción de infraestructuras como la electricidad. Lo más importante es que se cometen en los territorios ocupados, cada día».
«Cuando reivindicamos la liberación de los territorios, también pedimos la de las personas, porque hay unos 20.000 civiles detenidos, aparte de los prisioneros de guerra, que no tienen contacto con sus familias, además de que no están siendo alimentados de forma adecuada (…), todo son crímenes de guerra de acuerdo con el Estatuto de Roma», añade.
Sobre un posible fin de la guerra, consideró que Ucrania no puede parar de defenderse hasta que cese la ocupación del territorio y los responsables de los crímenes sean juzgados «porque antes ha habido Mali, Siria, Libia y otros muchos lugares y, si Putin y otras autoridades de la Federación Rusa no son juzgados y no se les exige responsabilidad por lo que han hecho, volverá a ocurrir en otros países».
«Hay que liberar el territorio, hay que liberar a las personas y conseguir que se haga justicia para que no haya otras Ucranias», concluye Romantsova.
Con información de EFE