La ONG Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más condenó y rechazó este viernes «la profundización de la represión contra la Iglesia católica» nicaragüense por parte de la dictadura que preside Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
«En particular condenamos las recientes detenciones arbitrarias e ilegales de monseñor Óscar Escoto, vicario general de la diócesis de Matagalpa (ya liberado), monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, obispo de la diócesis de Siuna, y los seminaristas Alester Sáenz Centeno y Tony Palacios por parte de agentes de la dictadura», señaló esa ONG en una declaración,
Ese Colectivo, integrado en su mayoría por activistas nicaragüenses exiliados y con sede en San José, también repudió «la toma por parte de agentes armados de la Curia Episcopal de la ciudad de Matagalpa», en el norte de Nicaragua.
«Estas acciones responden a una perversa política sistemática de destrucción de la Iglesia católica y la libertad de religión y de culto», valoró esa ONG.
Para ese organismo, esas últimas detenciones «se suman a destierros, desnacionalización, amenazas de muerte, agresiones, confiscaciones y cancelación de al menos 342 organizaciones religiosas, que afectan tanto a la Iglesia, como a la feligresía y sociedad en general».
Según el Colectivo, esas acciones están dirigidas «a profundizar el terror en la población para evitar que se difundan mensajes de fe, esperanza y de acompañamiento a las víctimas de graves violaciones a derechos humanos».
«Este Colectivo ha denunciado y seguirá denunciando ante la comunidad internacional y organismos de protección de derechos humanos las violaciones a la libertad de religión y conciencia«, continuó.
Piden liberar a religiosos y a «presos políticos»
Asimismo, esa ONG recordó que el obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, «se encuentra detenido en las cárceles de Ortega en Managua desde febrero de 2022 y fue sentenciado a 26 años solo por alzar su voz contra las violaciones de derechos humanos que se suceden en Nicaragua desde 2018, por lo que exigimos su inmediata libertad».
Además, demandaron la liberación del resto de religiosos, «y de las más de cien personas aún privadas de libertad en el país por represión estatal», a los que considera «presos políticos».
El miércoles pasado, la Policía detuvo al obispo Isidoro del Carmen Mora Ortega, quien fue encarcelado junto a los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacios, tras invocar en una homilía al obispo encarcelado Rolando Álvarez.
Mora es el segundo obispo detenido en Nicaragua. El primero fue Álvarez, quien el 10 de febrero pasado fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida por delitos considerados traición a la patria.
Esa condena fue dictada un día después de que Álvarez rechazó subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó que el presidente Ortega lo tildara de «soberbio», «desquiciado» y «energúmeno» en una cadena nacional.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas. EFE