Europa apunta al gas y el petróleo de los países del Golfo como alternativa a los hidrocarburos rusos tras la escalada militar de Rusia en Ucrania, pero aunque resulte atractiva la opción no es simple ni segura.
El inicio de operaciones militares rusas en Ucrania llevó el precio del barril de crudo por encima de los 100 dólares por primera vez en más de siete años.
La Unión Europea (UE) dependen en un 40% del gas ruso e importa de Rusia unos 2,3 millones de barriles diarios de petróleo.
Eso obliga a la UE a mirar hacia Arabia Saudita, donde el petróleo sobra, y Qatar, que tiene importantes reservas de gas.
Cercanos a Estados Unidos y la UE, Arabia Saudita y Catar «enfrentan una importante demanda de sus exportaciones» de hidrocarburos, dice Karen Young, directora del programa sobre economía y energía del Middle East Institute, basado en Washington.
Pero aumentar la producción de petróleo y transportar nuevas cantidades de gas natural licuado (GNL) no es algo «tan simple». Ambos países no están preparados para convertirse en un «superhéroe en el caso de que el gas y petróleo rusos dejen de llegar a Europa», dice la investigadora, que destaca que las inversiones no van rápido.
«Hay negociaciones en curso» para redirigir las entregas de gas previstas para los mercados asiáticos a Europa si es necesario, dijo un funcionario catarí a finales de enero.
Algunos importantes importadores de petróleo pidieron a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) que aumenten la producción, presionando en particular a Arabia Saudita.
Con información de AFP