Unos 300 millones de personas están afectadas en el mundo por las hepatitis virales B, C o D, y 1,3 millones de ellas mueren cada año, principalmente por cirrosis y cáncer hepático, recordó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la jornada mundial contra esta enfermedad, que aprovechó para pedir más esfuerzos globales de cara a su erradicación.
«Cada 30 segundos, una persona muere a causa de una enfermedad hepática grave o cáncer de hígado relacionados con la hepatitis, pero tenemos las herramientas para detener esto», destacó en un comunicado para conmemorar la jornada el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La organización recuerda en este día que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó recientemente la hepatitis D como cancerígena para los humanos, algo que ya se había confirmado con los tipos B y C.
Según estudios de la IARC, la hepatitis D, que solo afecta a personas infectadas con hepatitis B, está asociada a un riesgo de cáncer de hígado entre dos y seis veces superior a quienes están afectados sólo por el segundo de estos virus.
La OMS recuerda que los cinco tipos de hepatitis viral (A, B, C, D y E) son una de las principales causas de infección hepática aguda, pero sólo la B, C y D pueden derivar en infecciones crónicas que agravan el riesgo de cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
La agencia sanitaria también alerta que la mayoría de las personas con hepatitis no saben que están infectadas y según cifras de 2022 sólo un 13 % de los afectados con el tipo B y el 36 % con el C habían sido diagnosticadas.
Las tasas de tratamiento aún son más bajas, del 3 % para la hepatitis B y el 2 % para la C.
EFE