Un estudio llamado «Impacto de las Sanciones Financieras Internacionales contra Venezuela: Nueva Evidencia» de Anova concluye que las sanciones financieras sobre PDVSA en agosto de 2017 tuvieron un efecto positivo en el aumento y disponibilidad de alimentos y medicinas en el país.
«Contrario a lo que pudiera esperarse, mediante la estrategia de RDD se infiere que las sanciones financieras sobre PDVSA de agosto de 2017 tuvieron un efecto sobre la trayectoria observada en las importaciones mensuales de alimentos y medicinas, pero este efecto es de signo positivo. Es decir, el inicio de las sanciones está asociado con un aumento (no una disminución) de la disponibilidad externa de los insumos humanitarios básicos», dice el documento.
Asimismo, el estudio indica que «no existe evidencia de que las sanciones hayan tenido un efecto negativo sobre la disponibilidad de insumos humanitarios básicos» y que las mismas son responsables «solo parcialmente de la caída observada en la producción petrolera y, con ello, de los ingresos fiscales y externos de la economía venezolana».
«Por el contrario, las sanciones de agosto 2017 están asociadas, directa o indirectamente, con un aumento y posterior estabilización de las importaciones de alimentos y medicinas», se lee en el texto, donde además aclara que este cambio puede deberse a la «liberación de la economía venezolana».
«Se sabe que a partir del segundo semestre de 2017, el gobierno abandonó de facto sus políticas de controles de precios y de cambio, y permitió la libre importación de bienes y servicios, lo cual probablemente impactó la trayectoria observada».
Con información de thinkanova.org