Hasta 1,4 millones más de migrantes y refugiados en los próximos ocho meses. La Organización de los Estados Americanos advierte a los países de la región: el éxodo de venezolanos podría pasar de los 5,6 millones hasta 7 millones para el primer trimestre de 2022.
Vía VOA
Entre los factores para tener en cuenta, según el informe del grupo de trabajo de la OEA, figuran la eventual apertura de las fronteras y la agudización de la crisis humanitaria en Venezuela. Aunque también el colapso de los servicios básicos y una deteriorada economía causante del alto costo de la vida, podrían generar una nueva estampida de venezolanos buscando refugio.
Según David Smolansky, comisionado para la Crisis de Migrantes y Refugiados Venezolanos de la OEA, la situación podría ser crítica.
“Estamos hablando de un país donde el 96 por ciento de la población vive en pobreza o pobreza extrema, estamos hablando de un país donde cerca de 10 millones de personas padecen inseguridad alimentaria de acuerdo al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas […] Entonces, si se reabren las fronteras en Venezuela y el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro sigue en el poder, es altamente probable que volvamos a esa cifra de 5 mil venezolanos [al día] huyendo del país”, dijo a la Voz de América.
El informe de la OEA fue elaborado gracias a los testimonios de migrantes y refugiados venezolanos de todo el continente. En total, según Smolansky, se realizaron más de 600 entrevistas durante el año 2020.
“Es un deslave humano literalmente, y si bien es cierto que no están huyendo 5 mil personas todos los días, ahora, aunque no haya esos volúmenes porque la frontera está cerrada por la pandemia sigue siendo alarmante […] Si se compara con antes del COVID, obviamente ha disminuido el flujo migratorio, pero cuando se interpreta desde el punto de vista de una frontera cerrada, sigue siendo alarmante”, asegura Smolansky.
De acuerdo con las estimaciones de la OEA, por tierra y por mar, entre 700 y 900 personas huyen diariamente en la actualidad por vías irregulares a pesar de la pandemia. Travesías cada vez más largas y peligrosas, por trochas controladas por grupos armados y coyotes al acecho de los desesperados.
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