La policía rusa anunció, este viernes, que quiere interrogar en Alemania al opositor ruso Alexéi Navalny,, víctima de un envenenamiento por un agente nervioso, según Berlín, unas acusaciones que Moscú considera anti-rusas e infundadas.
A pesar de las amenazas de sanciones, hasta ahora Rusia ignoró los llamamientos de los países occidentales para que se investigue el caso.
El departamento de transporte del ministerio del Interior de Rusia solicitará que «los investigadores rusos puedan asistir a las actividades de los investigadores alemanes» sobre el oponente ruso y «hacerle preguntas adicionales», indicó un comunicado, después de que Navalny saliera del coma el lunes.
Este organismo se encarga de las investigaciones «preliminares» presentadas como rutinarias por el hecho de que el principal oponente del Kremlin se sintió mal cuando viajaba en un avión. Para Moscú, sin embargo, no hay indicios de que se haya cometido un crimen.
El opositor, que fue hospitalizado en Alemania, fue envenenado, según sus partidarios, el 20 de agosto en Siberia donde investigaba la corrupción del gobierno en el período previo a las elecciones locales del 13 de septiembre.
Rusia ya había pedido a Berlín que le entregara todo su expediente sobre el oponente ruso, incluyendo los análisis de un laboratorio militar alemán que identificó en el cuerpo de Navalni una sustancia de tipo Novichok, un agente nervioso desarrollado por la Unión Soviética.
Las autoridades rusas afirman que sus análisis, realizados durante la hospitalización del oponente en Omsk (Siberia), antes de su traslado a Alemania, no revelaron ninguna sustancia tóxica y cuestionaron la veracidad de la información alemana.
AFP