La Organización No Gubernamental Human Rights Watch, denunció este viernes que el régimen de Nicolás Maduro tuvo en confinamiento a dos testigos del asesinato de cuatro yanomamis.
Desde abril a finales de junio no se le permitió a Cenoya Silva, ver a su hijo Borges Sifontes, de 16 años y a su hijastro Gabriel Silva, de 19 años por encontrarse confinados a un hospital militar en Caracas, además tampoco pudieron recibir visitas de organizaciones de derechos humanos, según informó el abogado Olnar Ortiz de la ONG Foro Penal.
Sifontes y Silva presenciaron el pasado 20 de marzo el enfrentamiento entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la población indígena, donde murieron cuatro yanomamis.
Según declaraciones de cinco personas al diario Washington Post, la confrontación comenzó cuando un grupo de hombres indígenas se acercó a los soldados de la base militar en Parima B, para pedir la clave de WiFi, ya que la comunidad indígena y los militares habían acordado compartir el router, pero los soldados cambiaron la contraseña sin la autorización de los yanomami.
El fiscal general impuesto por la ilegítima constituyente chavista, Tarek William Saab, anunció una investigación por el asesinato de los cuatro yanomami, sin embargo se encuentra paralizada y no hay ningún detenido, indicó HRW.
«Sifontes quedó gravemente herido a causa de disparos recibidos durante el incidente. Fue sometido a tres cirugías a nivel local hasta que las autoridades lo trasladaron a Caracas. Estaba previsto que le realizaran una cuarta cirugía, pero no hay información acerca de si esta se llevó a cabo,» reseñó en un comunicado la ONG defensora de derechos humanos.
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